sábado, 5 de diciembre de 2009

Sebastián Piñera Echeñique


La vida del candidato de Renovación Nacional ha sido una frenética carrera por estar en la cima. A sus innumerables éxitos en los negocios se suma ahora su más anhelada meta, la de alcanzar la presidencia de la República.

Trabaja los siete días de la semana y duerme la mitad de lo recomendado. Vive inmerso en un torbellino permanente de nuevos proyectos y cuando está hablando sobre un tema, de seguro está planificando otra cosa en paralelo. Es obsesivo, metódico, ordenado y las personas que lo conocen no dudan en que si se sometiera a un test de coeficiente intelectual alcanzaría una puntuación altísima. Según su hermano Miguel, Sebastián es un trabajólico y se sabe que tanto en política como en los negocios le gusta estar encima de todo. Tremendamente ejecutivo, se rodea de los mejores alumnos universitarios, a los cuales les entrega grandes responsabilidades a cambio de que rindan al máximo. En su trabajo le da un enorme valor al poder de síntesis, de hecho su frase típica es "si no cabe en una página, no sirve". Tiene una capacidad de concentración a prueba de balas y nunca pierde el hilo de una conversación, a pesar de todas las interrupciones que haga.



Como se levanta temprano, a las diez de la noche ya está en su cama y es difícil que acceda a alguna salida nocturna. "Él funciona de día y yo funciono de noche", cuenta Miguel riendo. Por eso se hace difícil que coincidan. En efecto, el ex dueño del pub "Entrenegros" está trabajando en la campaña de su hermano, pero desde el principio le dejó muy en claro que por la mañana no lo saca ni a palos.
Miguel dice que Sebastián es más que un hermano. Lo quiere como un padre y con el tiempo se ha convertido en su gran amigo y consejero. De niños dormían en la misma pieza y mientras Sebastián procuraba tener todas sus cosas en orden, venía Miguel y se las desordenaba. Pero Sebastián le aguantaba todo, porque siempre fue su regalón.
Sebastián es el tercero de cinco hermanos: Guadalupe, José, Pablo, Miguel y Magdalena. Sus padres eran Magdalena Echenique Rozas y José Piñera Carvallo, ingeniero que trabajó en la Corfo y fue embajador en Bélgica y Naciones Unidas.
Tan mediático como su hermano cantante, acelerado e hiperkinético como su hermano subsecretario y tan conocedor de la historia y de las frases célebres como su hermana historiadora, Sebastián es el mejor reflejo del clan Piñera. La diferencia es que la mezcla a veces resulta explosiva, lo que le ha granjeado una buena cantidad de enemigos.

Sebastián estudió en el Colegio del Verbo Divino y desde pequeño destacó por su astucia. Según lo recuerdan algunos de sus compañeros, siempre fue competitivo y le gustaba ser el primero del curso. Miguel cuenta que su hermano siempre lo ayudaba en las tareas. Pero no recuerda que haya estudiado mucho, ya que con su memoria prodigiosa le bastaba poner atención en clases para aprenderse la materia.

Fecha de nacimiento: 1º de Diciembre de 1949.
Estado Civil: casado don Cecilia Morel M. - 4 hijos: Magdalena (profesora de historia), Cecilia (médico), Sebastián (estudiante de ingeniería comercial de la U.Católica) y Cristóbal (estudiante de psicología en la U. Diego Portales).
Estudios: Colegio del Verbo Divino.
Profesión: Ingeniero comercial de la Universidad Católica - Doctor en Economía de la Universidad de Harvard.Experiencia académica: Profesor de Economía de la Universidad de Chile, Universidad Católica de Chile y Universidad Adolfo Ibáñez.
Filiación política: RENOVACION NACIONAL.
Religión: Católica.

Trayectoria: empresario, senador por Santiago (1990-1998), precandidato presidencial, candidato a senador renunciado por la Quinta región costa (2001), presidente de Renovación Nacional (2001-2004), director y consejero del Hogar de Cristo; presidente de Bancard, Fincard, Citicorp Chile, Inmobiliaria Las Américas, Postal Market, Apple Chile, Editorial Los Andes, Fundación Futuro y Chilevisión; director de LAN Chile, Clínica Las Condes, Parque Arauco, Inmobiliaria Aconcagua, CMB y Antar Chile.


Al concluir la enseñanza media, Piñera quería estudiar ingeniería, pero su padre lo convenció de que se dedicara a la economía, porque la consideraba una carrera de mayor creatividad y futuro.
En 1968 entró a estudiar Ingeniería Comercial en la Universidad Católica y al graduarse recibió el premio Raúl Iver al mejor alumno de la generación.
Pero como su inquietud era inagotable, decidió partir a Estados Unidos a hacer un doctorado en Economía en la Universidad de Harvard. Se fue en 1973, acompañado de su flamante esposa, Cecilia Morel. Allá tuvieron a su primera hija, Magdalena.
De regreso en Chile, en 1976, entró a trabajar en la Comisión Económica para
América Latina (Cepal) en un proyecto sobre pobreza en la región.
Por muchos años fue profesor universitario tanto en la Católica como en la Universidad de Chile y en la Adolfo Ibáñez.

En la década de 1980 entró de lleno a la carrera empresarial. Se hizo cargo de Citicorp, el primer banco de inversiones que operó en nuestro país y al poco tiempo comenzó a formar una gran cantidad de empresas: Creó Bancard S.A., compañía que trajo por primera vez a Chile las tarjetas de crédito Mastercard. Participó como socio en Fincard S.A., en la Inmobiliaria Las Américas y Apple Chile, entre otras. Actualmente es propietario de Chilevisión y hasta antes de lanzar su candidatura, en mayo de 2005, era director de Lan Chile, Clínica Las Condes, Parque Arauco, C.M.B, Antar Chile y Constructora Aconcagua. También ocupaba la presidencia de Bancard, Fundación Futuro y Editorial Los Andes.
Poseedor de una de las fortunas más grandes del país, avaluada en cerca de 1.200 millones de dólares, Piñera recalca, con insistencia, que todo lo ha conseguido producto de su esfuerzo porque de su padre, que era un servidor público, no heredó nada material. Acostumbrado a una vida austera, vivió muchos años en una casa de Los Dominicos con una decoración sencilla, pese a las quejas de su señora. Y con esa incontinencia que lo caracteriza, de la noche a la mañana decidió comprarse una gran propiedad en San Damián frente al desconcierto de su esposa, que le advirtió que si daba el paso tenía que estar dispuesto a alhajarla.


En el plebiscito de 1988, el empresario votó "No" y tras el triunfo de esa opción electoral aceptó dirigir la candidatura de Hernán Büchi. Paralelamente, lanzó su campaña como candidato independiente a senador por Santiago Suroriente. Con el eslogan "una locomotora para Chile" se convirtió en el miembro de la Cámara Alta más joven, con 40 años recién cumplidos. En 1992 integró la llamada "Patrulla Juvenil" junto a Andrés Allamand, Alberto Espina y Evelyn Matthei.

Pero su relación con la hija del general Fernando Matthei se quebró indefinidamente cuando estalló el polémico "Piñeragate". El 23 de agosto de 1992, Ricardo Claro divulgó, en un programa político de Megavisión, canal de su propiedad, una conversación telefónica entre Sebastián Piñera y su amigo Pedro Pablo Díaz, en la que ambos planeaban una estrategia para perjudicar a Evelyn Matthei, quien en ese momento se perfilaba como precandidata presidencial. Este escándalo de espionaje político enterró las aspiraciones presidenciales de la diputada y del propio Piñera, quien renunció a su precandidatura en septiembre de ese año.

Tras el impasse, el senador se abocó a la vida parlamentaria y empresarial y en 1994 compró un importante paquete accionario de Lan Chile. Más tarde, junto al clan Cueto adquirió las acciones de Iberia en Ladeco y formaron una de las líneas aéreas más grandes del continente.

Pese a sus éxitos en el plano económico, aún seguía pendiente su anhelo más profundo: el de llegar a La Moneda. En 1998 fue proclamado abanderado presidencial de su partido, Renovación Nacional. Sin embargo, después de cinco meses de campaña, depuso su candidatura en favor de Joaquín Lavín, luego del pacto político sellado entre RN y la UDI, que dió paso a la Alianza por Chile. Sabía que no era su momento.

Desde entonces su tortuosa relación con la UDI y los gremialistas fue in crescendo debido a la mutua desconfianza. En agosto de 1999, estando inscrito oficialmente como candidato a senador por Valparaíso, debió ceder y bajar su candidatura a favor del almirante Jorge Arancibia. En marzo del 2004 nuevamente experimentó un golpe gremialista y se informó por los medios de comunicación que el candidato presidencial del sector, entonces alcalde Lavín, le pedía la renuncia a la presidencia de RN, simultáneamente con la de Pablo Longueira a la de la UDI. Era el único camino para terminar con los coletazos del caso Spiniak, que había debilitado la opción de la Alianza.

El episodio dejó muchas heridas y el apoyo que Piñera prestaría a la campaña de Lavín se hizo cada vez más incierto. Pronto el empresario anunció que no se integraría al equipo del abanderado para trabajar en la campaña parlamentaria de su partido y a los pocos meses fue proclamado candidato presidencial de Renovación Nacional, dejando en una incómoda posición a Lavín, quien ya no era el candidato único del sector.

La figura de este multifacético hombre, a quien la derecha tradicional acusa de ser un DC encubierto, desata las pasiones más profundas. Mientras unos le profesan una profunda admiración y respeto, otros simplemente lo abominan, algo que admite su propia mujer, quien en una oportunidad dijo que "lo que más me duele es que odien tanto a Sebastián".

Su figura a más de alguien debe resultar amenazante, como para que en los 90 se diera un intento de secuestro de uno de sus hijos y, hace muy pocos años, seguimientos que fueron investigados por la policía.

El amor y el odio que genera puede ser graficado en la extraña relación que mantiene con el empresario Carlos Alberto Délano, con quien es íntimo amigo y ha desarrollado negocios en común, sin poder superar las distancias políticas: Délano es uno de los mentores de la candidatura de Lavín.

Al hablar de su marido, Cecilia Morel dice que es una persona sensible, entusiasta y entretenida, pero confiesa que cuesta seguirle el ritmo.

A Piñera no le gusta estar solo y siempre pasa sus veranos en Caburga, a donde invita a todos sus amigos sin importar la tienda en que militen. Uno de los episodios más recordados fue el asado del verano de 2005, al cual asistió Michelle Bachelet, y que le generó importantes problemas a ambos.

Sus cercanos lo definen como un niño, uno que se apasiona con ciertos juguetes: el último, un helicóptero comprado a medias con su amigo Andrés Navarro y con el que ha sobrevolado varias veces su hogar, generando las quejas de los vecinos.

Su práctica deportiva se limita al tenis y su interés por esta actividad lo lleva permanentemente a organizar charters aéreos para ver los partidos de la selección. Incluso su agenda empresarial y política es organizada en función de las fechas de las Olimpiadas y mundiales de fútbol, a los que nunca ha dejado de asistir.

La presidencia de la República, su meta más ambiciosa, es según algunos la cima que busca conquistar para acallar a todos sus críticos y una demostración de que son más numerosos los que lo aman a los que lo odian.

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